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Sapos y culebras.


Un día cualquiera, por la tarde, cuando el sol está cayendo, llega mi vecino de pasear con su perro y a la vez llego yo con mis noventa caballos. Apenas terminamos de saludarnos cuando nos sentimos alertados por una vecina que a gritos nos pide ayuda.

-¡Hay una serpiente en la puerta de mi garaje!

-No vemos nada...

-No, por dentro, está por dentro y es muy grande, más de un metro.

Mi vecino mete al perro en casa, que ya se ha empezado a poner nervioso, me refiero al perro, bueno, y también al vecino. Mientras tanto yo voy rauda y veloz a la mía a buscar alguna herramienta con la que hacer frente al bicho. Le pedimos a la vecina que nos lance las llaves para poder entrar. Sí, lo habéis adivinado, soy yo quien abre la puerta mientras la otra, como una histérica, me pide que tenga cuidado y no me acerque mucho.
Consigo inmovilizarla y a punto estoy de darle la estocada cuando me dice:

-¡No la mates, he llamado a la policía!

-¿A la policía?

-Sí, no vaya a ser una especie protegida.

-!Pero si es una víbora, el mundo está lleno de ellas¡ y además ha intentado atacarme ya habéis visto qué dientes y qué lengua tiene, diremos que fue en defensa propia.

Desisto y aprovechando que mi vecino ha tomado el control de la serpiente con un recogehojas y con tal estado de nervios que si alguien hubiera soplado un matasuegras le habría dado un infarto, encuentro la excusa perfecta, les digo que me voy a casa a lavar las manos, que toqué al bicho y no quiero dejar pruebas del delito si la termina palmando.
Pero no han transcurrido más de cinco minutos y mi hija me dice:

-Te están llamando, dicen que si no has terminado de lavarte las manos aún.

Así que vuelvo de apoyo sicológico y momentos después llega la policía, el rubio y el moreno, Starsky y Hutch.

Ahí plantados, como si no hubiera ladrones que perseguir, ancianas que socorrer, o algún gato que bajar de un árbol o yo qué se. El rubio dice que si hubiera encontrado eso en su casa lo hubiera matado -¡y yo!- le dije -pero no me han dejado ellos ¿puedo?

-No, que ya viene uno de la protectora de animales a recogerlo, ya hemos dado el aviso.

Me dice el poli rubio (parece el más listo) que es una serpiente común , que me fije en las emes que tiene en la piel, pues no, no se leer en las serpientes. y además, yo solo quería matarla, no leerla.

Viendo que la situación estaba controlada me despedí de todos dado que ya no necesitaban los servicios de Harry el Sucio, así que me fui decepcionada a mi casa a quitar la escoba al otro Harry, al Potter y no para echar a volar precisamente. Pero no, no acaba la historia aún.

Aún durante un rato, desde el mirador de mi cocina pude seguir contemplando la escena, los policías, el operario de la protectora con la caja de la serpiente, la concentración de vecinos y yo partiéndome de risa contando la película por teléfono a mi amiga Ro que tenía un examen al día siguiente y que se resistía a colgar de lo divertida que le estaba resultando la historia con todo lujo de detalles. Es que una tampoco es de piedra y no podéis imaginar cómo sube el nivel de adrenalina cuando intenta morderte una serpiente de más de un metro de larga.

"El tiempo entre costuras" María Dueñas

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS
de MARÍA DUEÑAS
Editorial: TEMAS DE HOY


Resumen:
Una novela de amor y espionaje en el exotismo colonial de África.La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses convulsos previos al alzamiento arrastrada por el amor des­ bocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante en la que todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso la traición y el abandono de la persona en quien ha depositado toda su confianza. El tiempo entre costuras es una aventu­ ra apasionante en la que los talleres de alta costura, el glamur de los grandes hoteles, las conspiraciones políticas y las oscuras misiones de los servicios secre­ tos se funden con la lealtad hacia aque­ llos a quienes queremos y con el poder irrefrenable del amor.Una novela femenina que tiene todos los ingredientes del género: el creci­ miento personal de una mujer, una historia de amor que recuerda a Casablanca… Nos acerca a la época colonial espa­ ñola. Varios críticos literarios han destacado el hecho de que mientras en Francia o en Gran Bretaña existía una gran tradición de literatura colo­ nial (Malraux, Foster, Kippling...), en España apenas se ha sacado prove­ cho de la aventura africana. Un home­ naje a los hombres y mujeres que vivieron allí. Además la autora nos aproxima a un personaje real desconocido para el gran público: Juan Luis Beigbeder, el primer ministro de Exteriores del gobierno de Franco.


Opinión:


Es una novela donde se mezclan la ficción y la realidad en una época muy difícil para Europa pero sobre todo para España, donde transcurre una gran parte de la novela. La autora pasa un poco de puntillas dejando esa realidad casi en un segundo plano y enfocando más la novela a la historia del personaje principal y único protagonista, una chica que se ve engañada por el "típico seductor" que la aleja de una vida sencilla, sin sobresaltos y con quien huye a Marruecos cuando está a punto de estallar la guerra. Se siente sola, abandonada y estafada por el hombre al que ama y en un país que no conoce pero es una mujer luchadora y consigue levantarse gracias a su trabajo y su tesón aunque siempre ocultando su pasado. Lo que más me ha impresionado es la descripción que hace de Marruecos, de sus gentes, de sus paisajes... consigue con su narrativa que, al cerrar los ojos, logres ver algunos de esos lugares y desde luego, que invita a viajar a las ciudades que describe.

La historia es entretenida, engancha por la sencillez de su narrativa. Una simple modista se tendrá que infiltrar en la vida de algunos políticos (algunos son reales) y personajes poderosos para recabar información de los alemanes. Trabajará de espía para los ingleses y en algún momento llegará a temer por su vida pero , como si no existiera la noción del peligro, estas situaciones no van a resultar emocionantes para el lector.