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Soñando con burros

Lo inverosímil se hace a veces tan creíble y lo corriente tan abstracto que, en algunas ocasiones, no somos capaces de distinguir algo real de un sueño.
De modo que, si albergas en tu mente el pensamiento de que los burros vuelan, es obvio que se trata de un sueño, porque en realidad este hecho no existe. Aunque podemos llegar a la conclusión de que han sido las emociones que han actuado en tu subconsciente influenciable, ya que, aunque los burros no vuelan, sí ascienden.

Un chollo de mascota


La mano de los Addams, eso es una mascota como es debido y no el canario que tengo en la terraza, que tiene más años que la tos y no se muere ni aunque duerma al raso una noche de invierno porque alguien olvidó guardar la jaula dentro de casa.

Ese, que la única gracia que tiene es desparramar su comida por el suelo a dos metros a la redonda, que se pone a cantar para llamar la atención y me despierta los sábados muy temprano solo para fastidiar y que entre lo que tira y se zampa, me gasta un kilo de alpiste al mes, ese...  ese es un cantamañanas.

Y que no me venga ahora algún defensor de los animales con sermones, que Piolín se sabe defender perfectamente, solo le falta silbar cuando pasa el repartidor cachas del butano y pedirle que suba una a tercero.

En cambio, tener una mano, autónoma y sin cabeza, es la mejor inversión si sabemos aprovecharla bien. Ni aspiradoras, robots, vaporetas ni puñetas, tú pones en esa mano una bayeta y hace milagros, cuando llegas del curro tienes la casa como los chorros del oro... suelos, baño, ventanas... y sin protestar ni hacer gasto.

Además te puede rascar la espalda o sujetar el móvil mientras das la vuelta a la tortilla de patata. ¡Y con cinco dedos! es que lo tiene todo

No es por dar ideas pero esto sí que sería tener mano de obra barata.

¡Ha llegado el tapicero!


Mónaco está de fiesta, el país entero se ha paralizado para acudir a la plaza a ver cómo Alberto y Charlene presentan oficialmente al mundo a sus retoños apareciendo con ellos por el balcón del palacio, y yo he tenido que enterarme por el Corazón de Igartiburu de que habían sido padres, hace un mes, mientras me comía un plato de macarrones. Eso no tiene glamour, de haberlo sabido...

Para ampliar la información he tenido que ir a la peluquería a documentarme y a tirar de hemeroteca. En poco rato me he puesto al día, he visto todas las revistas que estaban en el montón para reciclar.

En la primera foto publicada de los padres con los recién nacidos, la madre sale impecable, como si no se hubiera despeinado y hubiera sido la cigüeña la que le trajera a los mellizos al mundo. Esa era la trola que nos contaban a los de mi generación cuando éramos pequeños cuando nacía un primo.
Hay que tener cuidado con las mentiras que se cuentan que a la larga pueden producir secuelas. Yo todavía, a mi edad, cada vez que veo a la cigüeña en la torre de la iglesia, me angustio mucho  porque pienso ¡ay, que se la va a caer el niño!

También hay que tener cuidado con el poder de convocatoria de los monegascos porque un parón en la producción de un país de semejante tamaño durante varias horas (...) puede afectar a la economía mundial y hacer bajar el precio del barril de brent o subir la prima de riesgo. Es como cuando viene un vendedor ambulante al pueblo con su megáfono, que se le oye hasta en los confines del extrarradio, y como sople el cierzo, le oyen en el pueblo de al lado también...  ¡ha llegado el tapicero, tapizamos sillas, sillones... nos levamos su colchón viejo... tenemos melocotones...! Cada vez que viene alguno, se nota que baja considerablemente el consumo de la luz y entonces nos suben la tarifa.

En Mónaco debe ser algo así, es pequeño, pero ya veis, tienen un príncipe y todo, y ahora también un heredero. Un heredero, no heredera, a pesar de que nació primero Gabriela, el primer puesto en la linea sucesoria es para Jaime Honorato Rainiero. Con lo modernos que parecen y qué machistas nos han salido. Esa niña cuando sea mayor debe reclamar el puesto a su hermano que, esperemos no haya salido a su padre...