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Pocahontas & Trump


Como algunos de vosotros ya sabéis (lo publiqué en mi cuenta de twitter) el presidente de EEUU sigue mi blog. Fue a raíz de la publicación en el mes de enero de "Por la raja de una falda" en la que hacía, precisamente, alusión a este personaje histórico, Pocahontas, también personaje Disney, como el pato Donald. 

Desde entonces, me consta que me han estado investigando los de la CIA y los del C&A. Pero yo, que tengo mis propias fuentes de información y a través de un hacker informático, he conseguido conocer la dirección IP del ordenador de Melania y por eso os puedo asegurar que lo de llamar Donal Trump "Pocahontas" a una senadora, queriendo hacerse el gracioso, en un acto en el que estaban presentes varios representantes de los indios navajos, me lo ha copiado.

Los indios navajos de haber entendido lo que quiso decir, habrían sacado las ídem y habrían sellado el encuentro con sangre. Por suerte, no pillaron el chiste.

Declaración de Independencia




Mis hijos de 15, 13, los gemelos de 11 y la pequeña de 9 años, han hecho un referéndum a mis espaldas, mientras estaba preparándoles la cena, y por unanimidad, han decidido declarar su "independencia". Consiste, según ellos, en que cada uno tendrá plena soberanía y autoridad sobe su habitación, serán libres e independientes aunque siempre abiertos al diálogo cuando les interese, para el tema de la ropa, libros.... y el horario de comidas (eso me han dicho).

Podrán mantener el desorden de la habitación, invitar a los amigos a jugar con su arsenal tecnológico (videojuegos, play, wii...) sin pedir permiso e incluso tendrán derecho a llamar a un telepizza para que les lleve la comida cuando estén jugando y no tener que salir de la habitación. Eso, y un montón de "derechos" más que se han atribuido sin mi consentimiento.

De momento he accedido hasta ver cuánto les dura la "autonomía" pero no han pasado dos días y los airgamboy que los gemelos heredaron de su padre, me han pedido, con desesperación, que quieren trasladar su sede al trastero porque no aguantan las torturas, alguno ha perdido los brazos, las piernas, un amigo...  La barbie de mi hija María se ha fugado en un descapotable rojo con el Ken de la vecina, dice que ha pasado a mejor vida y ahora está con una buena familia.

Sparrow, el loro que les trajo su tío John de sus viajes de negocios por el Caribe, no para de gritar ¡socorro, socorro! y ya no canta el abecedario en inglés ni les ayuda a aprender vocabulario a base de repeticiones, es su forma de protesta por el maltrato. Le han arrancado las plumas y ahora parece un gallo de corral. De no haber sido porque me gritó ¡para, loca! casi le meto en el horno el domingo. He tenido que pagarle, tras una dura negociación, una residencia veterinaria en Marbella durante dos meses mientras vuelve a echar plumaje para que no nos denuncie. 

Incluso el perro, al que no paran de hacer perrerías, me ha pasado un audio por el whatsapp con ladridos en lenguaje morse pidiendo auxilio.

Dadas las circunstancias y llegados a este punto hemos  tenido que asumir las competencias que nos corresponden como padres. Les hemos confiscado los teléfonos móviles, el ordenador, los videojuegos y los ahorros de sus huchas con los que hemos sufragado algunos desperfectos.

Además, nos hemos visto en la obligación de aplicar el artículo 155 del Código Civil que literalmente dice:

 Los hijos deben: 

 1. Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre. 

 2. Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella. 

Así mismo, hemos tenido que tomar una serie de medidas drásticas.

Puch, el perro, como venganza, no les deja dar un paso por la casa sin ser vigilados.

Por mi parte, para ahuyentar las visitas de malas influencias, me he enfundado las cartucheras de Buzz, el vaquero de Toy Story, aprovechando que está en una clínica de rehabilitación por múltiples contusiones al salir volando por la ventana del quinto, y me he vuelto una macarra que lo flipas, ahora, cada vez que alguien llama a la puerta, coloco la mano sobre la pistola de juguete de Buzz a lo Harry el Sucio, y ya no llaman a la puerta ni los testigos de Jehová.

Para que un castigo funcione como es debido, nada mejor como que te toquen el bolsillo.

El tren de Extremadura


Desde tiempos antiguos, el hombre siempre ha tenido interés en conocer el cosmos, los planetas que nos rodean, subir a la luna o saber si hay vida en Marte.

Los científicos han investigado durante los últimos cincuenta años el planeta rojo. Han puesto en órbita diversas sondas espaciales para desentrañar los misterios del Sistema Solar y parece que, por fin, han dado con el misterio.

Importantes investigaciones de la NASA y de la Agencia Espacial Europea, han constatado (con miles de fotografías incluidas) que en Marte pudo haber vida. Pero, vamos a ver, ¿qué clase de vida? porque sí, hay agua fresca, congelada bajo la superficie y donde habitan microorganismos, únicos seres vivos,  pero la temperatura allí es de -100ºC, y en las fotos no se ha visto gente, ni pingüinos, ni marcianos, ni siquiera a Jesús Calleja. Si él no ha ido, yo tampoco me atrevo a ir a Marte.

Aún así, a pesar de ser un planeta poco recomendable para reumáticos, se siguen invirtiendo cantidades astronómicas de dinero porque tienen prevista una primera misión tripulada para el año 2030, haciendo escala en la Luna. A científicos astrónomos como Aristóteles, Tales de Mileto o Copérnico o la mismísima Marujita Díaz se les habrían salido los ojos de las órbitas de haber conocido esta noticia. Y en Extremadura sin tren.

Construyendo aeropuertos fantasma en Albacete o Ciudad Real, donde además tienen AVE y en Extremadura aún con el "tren burra" , ese que tardaba tres días en recorrer el trayecto Madrid-Barcelona, y seguro que era como el puente aéreo de los años 50.

Y han tenido que ir a manifestarse a Madrid miles de extremeños para pedir algo que por derecho les corresponde, que es tener una buena infraestructura en materia de comunicación. Supongo que habrán ido en autobuses porque en tren no habrían llegado a tiempo de volver para ir a trabajar el lunes y en patera no ha sido posible porque están secos los pantanos.

En media Europa se han hecho eco de la noticia y no dan crédito, creen que iban de fiesta.

Ahora solo falta que, por fin, los políticos bajen de la luna y se suban al tren, y se destinen fondos públicos para bienes comunes de la Tierra.