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Los Beckham de Mattel.


Si os digo que 10 chinos han resultado heridos por estampida mientras corrían para intentar ver a David Beckham al llegar a la Universidad de Tongji, en Shanghai, seguro que pensáis, ésta se ha vuelto a dar un golpe en la cabeza intentando hacer el pino o ya está inventando historias de chinos. Pues no, no me he dado ningún golpe. Ni siquiera necesito inventar historias sobre ciuidadanos de China, conozco bastantes y puedo contar historias reales sin necesidad de inventar nada.
Al escuchar la palabra "estampida" han empezado a fluir imágenes en mi memoria de Mufasa, el Rey León, arrollado por  una estampida de ñús provocada por Scar, su hermano malo, también llamado la oveja negra o el señor oscuro ¡Qué mala es la envidia!  Lo que pudieron llorar los niños del mundo al ver a Simba en esa escena llorando la muerte de su padre... 
Claro, en China solo conocen las Barbies y Kens de imitación que fabrican ellos mismos y es normal que pasen estas cosas cuando llegan los originales. Ken David y Barbiee Victoria, el sueño de todas las niñas chinas.  Las niñas españolas no se conforman solo con eso, prefieren muñecas que hagan cosas como comer, vomitar, que hablen... en definitiva, que tengan algo de cerebro o pila, algo de lo que las Barbies carecen.
Cuando yo era pequeña no existían las Barbies, yo solo conocí a una Nancy y de lejos. Las personas eran de carne y hueso.  No se conocía la silicona ni el botox ni los lifting, solo las prótesis dentales llamadas la dentadura del abuelo.  Las famosas ocultaban sus arrugas pillándose los pellejos sobrantes con una pinza de la ropa detrás de la nuca como Carmen Sevilla. Aquello eran otros tiempos.
Ahora ves a alguien como los Beckham y ya no sabes si son las figuras del Museo de Cera  o una réplica gigante de las muñecas de Mattel  articulados de forma mecánica y movidos por una batería de litio.
Pero la noticia del día realmente es que Victoria ha sonreído, no es todo sintético, tiene algo por dentro... cuesta encontrarlo, pero algo debe haber. Os dejo, voy a ver si logro averiguarlo mientras la enchufo al cargador del móvil.

¡Corre Manolo, corre!




Manolo ha estado de baja deportiva casi dos meses, desde la Maratón de Madrid, debido a una lesión que sufrió disputando esa carrera y que empañó el final apoteósico del que cada año presume por estar entre los 500 primeros corredores en llegar a meta.
Ayer le dijo su médico que puede empezar a correr poco a poco y sin pensarlo dos veces, ha salido hoy al medío día cuando los termómetros marcaban una temperatura de  37 ºC.  Yo que le veo llegar corriendo camiseta en mano  y con el pulsómetro bajo el pecho, sudando a más no poder  como si se le hubieran abierto todos los grifos de sus poros le digo, si quieres adelgazar deja de comer, Manolo, y si te quieres morir, también, pero no lo hagas corriendo hombre, menudo disgusto darías a tu familia. Hazlo al menos con cabeza,  por una buena causa.  Por ejemplo, te puedes poner en huelga de hambre y decir que es en defensa de la mula parda, en peligro de extinción (también podrías hacerlo en defensa del escarabajo del desierto de Arizona pero nos queda más lejos). En cuanto se enterasen los de Geenpeace te harían un homenaje por un acto tan noble, te sacarían en los medios de comunicación de todo el mundo, desde oriente hasta occidente,  movilizarían a los nudistas de todos los pueblos de la provincia y alrededores para que se manifestaran por las calles de nuestro barrio, esto sería una auténtica fiesta, todos gritando  ¡come, Manolo, come!, el alcalde pondría una calle con  tu nombre por haber dado popularidad a nuestra ciudad.  Saldrías en el National Geographic e incluso en la revista Pronto.Serías el próximo protagonista del anncio de Aquarius y se vería en los cinco continentes. Yo me encargaría de hacer la crónica diaria que para eso te doy tan buenos consejos… Y el día que te mueras, te compraremos entre los vecinos una corona de crisantemos con una cinta malva que diga "Tus vecinos nunca te olvidaremos"
Para, para… no sigas. No vuelvo a correr a estas horas, madrugaré  y saldré a correr como tú  antes de que se despierten las gallinas, porque confiesa, eres tú quien las despierta todas las mañanas ¿verdad?
Cuando damos por finalizada la conversación, llega su mujer exhausta en la bicicleta, con la bombona de oxígeno en el soportín para socorrerle si llegara el caso, y que ha sido incapaz de seguirle. Le hace prometer, poniéndome a mi por testigo, que no volverá a correr a estas horas y que antes de  elevar su estulticia a la máxima potencia, se haga un seguro de vida para, al menos, no dejar a su familia desamparada si llegara el caso. 
Y es que Manolo es mucho Manolo. Hace unos años al cruzar la meta de una maratón, medio mareado y a punto de desfallecer, estaban los reporteros de la televisión local, tan oportunos ellos,  y cuando le preguntaron con el micro abierto y en riguroso directo (él pensó que le preguntaban los del SAMUR) qué tal la carrera, les dijo: dejadme, por favor, que me estoy cagando...

Princesas y cuentos.





Alguien ha plantado una habichuela gigante en el tiesto de los geranios. Ha empezado a crecer y a crecer y cuando me levanté por la mañana había crecido tanto que su altura superaba, con creces, la torre de pisos más alta de la ciudad. Lo de trepar nunca se me ha dado bien, pero se me ha despertado la curiosidad y con esfuerzo y aparcando los escrúpulos por un rato, he comenzado a subir, a subir… hasta llegar a lo más alto. Desde allí se veían las montañas de Suecia ¿desde Móstoles? Lo que estáis oyendo…
 Y allí que me he presentado, en la boda de una princesa de cuento con un novio llorica  y unas amigas vestidas muy elegantes, también princesas, con unos vestidos muy fastuosos, coronas en el pelo como la Cenicienta la noche de ese baile que la haría tan popular., vamos, los vestidos ideales para ir de shoping al Mercadona. Posaban sonrientes mirando a las cámaras, metiendo tripa para no reventar la faja y sin despeinarse han ido entrado pausadamente al lugar donde se celebraba la ceremonia. He estado mirando por todas partes por si veía la carroza de calabaza pero no, todo eran coches de alta gama. A ver, si es un cuento es un cuento… sapos a caballo que se convierten en príncipes cuando les besa la guapa princesa (que no saquen a Carlos ni a Camila que nos vela la foto... ah, que no les han invitado), madrastras con manzanas envenenadas… enanitos y Blancanieves... no sé, más vidilla al cuento por favor, siempre lo mismo… Los mismos vestidos, los mismos trajes, los mismos personajes, hoy voy de rojo porque te casas tú y mañana de blanco porque me caso yo y cambiamos el traje... la suegra, que siempre tiene que llamar la atención que por eso es la madrina, señora, que no se casa usted, un poco de humildad, dónde va con esa peineta tan discreta de medio metro, si quiere pasar desapercibida pídale a la Martirio una de antena  parabólica que al menos los invitados ven el fútbol mientras llega la novia.
 ¡Despierta, despierta! me ha dicho mi peluquero Ruperto. ¡Parece que las páginas de la revista te hubieran abducido! Nos hemos asustado tanto al verte que hemos llamado a Iker Jimenez que se estaba haciendo las cejas en la sala de al lado y dice que es como si te hubieras trasladado a una tercera dimensión del espacio interestelar cósmico. Para otra vez te traes de casa “El cementerio de Praga”, por ejemplo, pero no vuelvas a darnos estos sustos. Le he rogado que me dejara terminar de ver las fotos de la revista y en las páginas centrales he topado con la familia Preysler-Falcó-Boyer. Le he dicho a Ruperto… se abre el telón, salen Isabel, Tamara y Ana. Se cierra el telón ¿cómo se titula la película? “Quién es la madre”. Si no hay ninguna con ese nombre no importa, hacemos una. Inmediatamente me ha arrebatado la revista y me ha dicho ¡ya es suficiente! no soportaría ningún comentario sobre Kiko Rivera, sale en la página siguiente. Y no… tampoco dejaré que veas a Cayetana en bikini, por hoy ya has soñado bastante.
 Han terminado conmigo, he pagado la cuenta, he abandonado el lugar y al salir del centro comercial he visto a la persona que siempre está pidiendo a la entrada con La Farola en la mano. He vuelto al mundo real.

Las cucharillas que aprendieron nuestros nombres ¿a dónde van?


Soléis  entrar en las casas por docenas o a granel, y no estoy hablando a los huevos precisamente, cuya permanencia es temporal en la nevera. Vosotras se supone que venís para quedaros toda la vida.
 Qué amargo sería el café sin vosotras. sin esa musiquilla que produce el tintineo al remover el azúcar en la taza…  Tenéis vuestro sitio  en el cajón con vuestros hermanos mayores, ocupando el más pequeño y perpendicular habitáculo de los cubiertos, la misma posición que ocuparéis luego en la mesa. 
De todos los cubiertos, sois las más deseadas, siempre os dejamos para el final y esperamos con avidez  que deleitéis nuestro paladar llevando los exquisitos postres a nuestras bocas..
Pero sois infieles, poco a poco abandonáis la casa en la que nos visteis crecer, cumplir años, siempre estabais junto a la tarta cuando soplábamos la velas y fuisteis testigos de los más importantes acontecimientos de la historia, desde las mesas de las casas más humildes en las que os presentáis en una aleación de acero inoxidable hasta las mesas de los más  fastuosos palacios donde, entre el lujo y el despilfarro, sólo os admiten si sois de plata.
 Poco a poco nos vais dejando una  tras otra,  hasta que un día nos damos cuenta de que no quedáis ninguna.  Yo culpo al friegaplatos de absorveros, tal vez es la elevada temperatura que alcanza durante el programa de lavado que hace que vuestra aleación pierda consistencia y, mezclada con la parte azul de la pastilla de detergente, se disuelva y se pierda por el sumidero del aparato ya que en el filtro no queda ni rastro.
A veces pienso que es el cubo de basura que tiene una parte imantada y os atrae como la mierda a las mocas (perdonad la expresión). Claro que mis  hijos culpan  a mi amiga Rosi de Palma de Mallorca   ¡mamá, se las lleva en la nariz!, claro, y el tapón del fregadero,  y el saco de dormir que no encontráis... 
A veces, cuando estoy en la fase REM del sueño, me despierta el camión de la basura que, rompiendo el silencio de la noche, recorre nuestras calles engullendo con sus fauces  los desechos que depositamos en bolsas negras, mientras dos operarios del ayuntamiento van vaciando los contenedores que encuentran a su paso en ese agujero negro de la parte posterior del camión que no tiene fondo, nunca se llena, va triturando todo, se come absolutamente  todo lo que le echan, desde la materia orgánica hasta las latas que algún despistado no recicla. En mi adormecimiento pienso que el ruido lo hacéis vosotras y me pedís ayuda. 
Esos camiones especiales se lo tragan todo, todo lo digieren, son como las carpas centenarias que viven en el lago del Parque del Retiro. Si a alguien le falta el gato  o le han robado la cartera que busquen ahí y abran las tripas de esos monstruos. A ver quién se tragó sino, el soldadito de plomo del cuento... 
Pero las cucharillas...  nos dejan colgado el nido y se van... son como las golondrinas del poema de Becquer, aquellas que aprendieron nuestros nombres... esas... ¡no volverán! 

"Guerra y paz" Leon Tolstói

GUERRA Y PAZ

LEON TOLSTOI

 Editorial: El Aleph 

Sinopsis

 Guerra y paz es un clásico de la literatura universal. Tolstói es, con Dostoievski, el autor más grande que ha dado la literatura rusa. Guerra y paz se ha traducido pocas veces al español y la edición que presentamos es la mejor traducida y mejor anotada. Reeditamos aquí en un formato más grande y legible la traducción de Lydia Kúper, la única traducción auténtica y fiable del ruso que existe en el mercado español. La traducción de Laín Entralgo se publicó hace más de treinta años y presenta deficiencias de traducción. La traducción de Mondadori se hizo en base a una edición de Guerra y paz publicada hace unos años para revender la novela, pero es una edición que no se hizo a partir del texto canónico, incluso tiene otro final. La edición de Mario Muchnik contiene unos anexos con un índice de todos los personajes que aparecen en la novela, un índice que desglosa el contenido de cada capítulo y otro apéndice con la traducción de todos los fragmentos que en el original aparecen en francés.

 Opinión personal:

Hace pocos días hablando de libros con dos personas una dijo, separando los dedos índice y pulgar, que estaba leyendo un libro "así de gordo", cuando le preguntamos de qué libro se trataba nos  dio este título, la otra y yo nos miramos sin decir nada pero yo pensé, vaya, menos mal que son las sombras esas del tal Grey, aunque medir un libro por su tamaño no es tener pasión por la literatura precisamente, pero además hacerlo con una obra como esta es casi un delito,  a mi parecer. Como las demás ya lo habíamos leído, algo recordamos que pudimos opinar.
 Brevemente os digo que lo que más me gustó del libro fueron las historias de amor que se desarrollan a lo largo de la novela, a pesar de la guerra siempre hay sitio para el amor, y también me gustó mucho el hecho de que algunos de sus personajes rezan.. Lo que menos me gustó fue la parte bélica, se hace demasiado dura a veces por la descripción impecable de las batallas, las armas, la sangre, los heridos, los muertos...
Volvería a leerlo.