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El último viaje


Aquella noche se había desatado una fuerte tormenta.  El estruendo provocado por  un rayo al caer sobre alguna torre de alta tensión  despertó a Laura y dejó sin electricidad  a todo el vecindario.
El  viento agitaba el gigantesco árbol que había junto a la casa llegando a golpear algunas ramas contra el cristal de su ventana.  Laura tenía mucho miedo, acababa de despertar de una terrible pesadilla, recordaba imágenes del “Resplandor” y cada vez que un relámpago iluminaba su habitación, creía ver a las niñas del pasillo susurrando su nombre, Lauraaaa... ven  a jugar con nosotras...  Se arrepintió una y mil veces de haber ido a ver la película con su hermana el día anterior mientras dejaron al abuelo en el asilo jugando al parchís.
Otro relámpago precedió a un inmenso trueno e hizo aumentar su temor cuando oyó unos fuertes golpes  en la puerta.  Bajó la escalera muy asustada. Para poder ver en la oscuridad se sirvió de un mechero que encontró a tientas encima de la chimenea, tampoco podía usar de linterna del teléfono móvil porque se había quedado sin batería.
 Al llegar a la puerta observó que estaba abierta pero con la cadena del cerrojo de seguridad, como si alguien hubiera abierto con llave. Retiró la cadena intentando no hacer ruido y salió al jardín llena de temor pero sin poder ver nada ni a nadie. Había dejado de llover pero estaba todo muy oscuro,  solamente unos momentos  la luna se dejó ver por entre unas nubes que corrían veloces a la velocidad del viento.  Esa claridad furtiva fue lo que le permitió ver que algo se movía entre los arbustos. Una mujer con el pelo alborotado y vestida con una especie  de túnica blanca avanzaba sin freno hacia ella desde el otro lado del jardín.
Corrió hacia la casa,  entró cerrando la puerta de un golpe y huyó escaleras arriba para encerrarse en el baño. La mujer de blanco fue tras ella y entró en la casa.  Empezó a golpear la puerta del baño mientras gritaba su nombre  ¡Laura! ¡Laura!¡abre la puerta!  Pero Laura estaba aterrorizada y lejos de tranquilizarse  empezó a gritar también. Imaginaba la escena de la película, en unos segundos Jack Nicholson o esa señora quien quiera que fuese cogería un hacha y empezaría a destrozar  la puerta.  Gritaba y gritaba mientras se tiraba de los pelos... por fin reaccionó cuando escuchó  ¡abre la puerta imbécil, soy Inés!  ¡el abuelo acaba de morir!
-¿Por qué no me abrías la puerta?
- ¿Para qué te di una copia de la llave?
-¿Y  cómo crees que he entrado?  ¿ 
-Espera un momento ¿has dicho que ha muerto el abuelo? ¡no es posible, solo tiene 99 años!
 -Tranquilízate, parece que hubieras visto un fantasma.. Venga recoge tus cosas que salimos de inmediato para Jaen, la póliza del seguro de decesos no cubre el traslado y cuesta un riñón si lo contratamos con la funeraria.
 -¿Qué estás tramando?
-Le llevamos en el coche y al llegar decimos que ha muerto en el viaje.
-No puedo creer lo que estoy oyendo ¿pretendes que recorramos más de seiscientos kilómetros con el abuelo muerto en el coche? Conmigo no cuentes. Además, nadie se lo va a creer.
-Si estás dispuesta asumir el gasto, por mí perfecto.
-Espera, yo no tengo  tanto dinero, estoy sin trabajo y pago hipoteca...

Y colorín colorado, eso hicieron. Metieron  al abuelo en el coche con ayuda de un cómplice y se pusieron rumbo  al más allá por carretera.

Basado en hechos reales, posiblemente. A veces la realidad supera la ficción, posiblemente..

Derbi de las aficiones


Con el cielo nublado y un viento frío soplando esta mañana en Madrid que nos dejaba tiesos como bacalaos secos,  ha vuelto a celebrarse un año más el popular derbi de las aficiones  Miles de corredores aficionados del Real Madrid o del Atlético de Madrid, nos hemos dado cita en los aledaños del Santiago Bernabeu para comenzar la carrera muy temprano, a las 9.00. Himno del Madrid, himno del Atlético, mucho frío, otra vez himno de unos, luego himno de los otros,  y por fin  el pistoletazo de salida.
Este año hemos tenido una importante novedad, la basura, las montañas de bolsas de basura y residuos esparcidos sobre las aceras han ido custodiando la carrera en todo su recorrido.
Cientos de botellas de vidrio se amontonan junto a los contenedores ya rebosantes, muchas botellas y sin rastro de Ana... Es lo que tiene privatizar, ahorrar no sé si se ahorra pero la imagen que se está dando de Madrid, ciudad turística por excelencia,  es pésima.  Si la estampa que estamos viendo estos días le llega a Alberto de Mónaco va a ser más difícil que se celebren aquí unos juegos olímpicos durante el próximo siglo,  a que se celebren unas regatas en el Manzanares.
Junto a un centro de salud, decenas de guantes y a saber qué tipo de bacterias y residuos clínicos están esparcidos por el suelo.Ver foto 1, sacada desde el  coche volviendo a casa.
Foto 2
Sobre la carrera nada más decir salvo que es muy cómoda, si pensáis que se os ha hecho cuesta abajo no es verdad, es que ES cuesta abajo en la mayor parte del recorrido.
Y por supuesto, los organizadores no se van a ir de rositas por lo que nos han hecho un año más con la bolsa del corredor. Esta vez han ido al Chinojuan a comprar el contenido pillando lo primero que han visto.
En mi bolsa venía un llavero... atentos por favor (redoblen los tambores), vamos a ver, que yo he corrido por el Real Madrid y el llavero era de la bota de Leo Messi. Ver foto  2
Por favor, señores del Marca, una bolsa del corredor no es el regalo del amigo invisible...
Y yo pensando que después de ver a Melendi de animador en una residencia de ancianos no me iba a sorprender nada y mira...  

Supositorios SOYUZ-FG: lo mejor para evitar el estreñimiento en viajes interestelares


Parece que los rusos no deben tener mejor cosa en qué invertir los cuartos y han decidido mandar a la Estación Espacial Internacional la antorcha olímpica en una nave espacial.  La estulticia elevada a la máxima potencia. Además la antorcha va apagada para que no haya peligro... Pero de qué estamos hablando... ¿qué sentido tiene mandar al espacio la antorcha olímpica? el caso es dar la nota. Además tiene que ir apagada, yo siempre pensé que la llama de la antorcha olímpica no se podía apagar nunca.  Para mí que esto es una estrategia de alguna empresa farmaceútica para promocionar una nueva marca de supositorios y lo de la antorcha es una trola. Porque si es verdad es como para renegar de ser ciudadano de este supuesto primer mundo.
Según informan los medios, la antorcha no va a viajar sola, la acompañarán un cosmonauta y dos astronautas, debe tratarse de la misma profesión pero si en la prensa lo diferencian yo no soy quien para llevar la contraria a los expertos.
Cierro los ojos e imagino a Neil Armnstrong portando la antorcha mientras hace como que camina un metro por encima de la superficie lunar, como Mary Poppins que con su paraguas tampoco conocía la gravedad, y se aproxima al pebetero cuando desde la tierra, en directo, todos vemos cómo intenta encender el pebetero ¡y sin llama!
¡Despiera, despierta...! eso pasó hace tiempo y no era una antorcha sino la bandera de EEUU.
No consigo despertar, esto debe ser un mal sueño...
Hace pocos días, cerca de cien inmigrantes son encontrados muertos de sed en el desierto de Níger tras ser abandonados por las mafias, muchos eran niños...  Hace pocas semanas mueren varios centenares de personas inmigrantes tratando de alcanzar la costa italiana... Y así cada dos por tres y mientras tanto, los gobernantes de los países más poderosos de la tierra gastan el dinero (nuestro dinero) en gilipolleces como esto de la antorcha. ¿Con qué objetivo? Yo no lo entiendo.
Todo esto parece surrealista ¿dónde está el sentido común?
Lo voy a dejar porque empecé con buen humor y se me ha apagado por completo. Ojalá todo esto fuera mentira.

"La dulce" Fiódor Dostoievski

LA DULCE

FIODOR DOSTOIEVSKI

Editorial: FUNAMBULISTA


Sinopsis:

«Imaginen un marido cuya mujer, una suicida que se ha arrojado por la ventana hace sólo unas horas, yace ante él sobre una mesa. Él está conmocionado y no ha tenido tiempo de ordenar sus ideas. Camina de habitación en habitación e intenta dar un sentido a lo que acaba de ocurrir. [...] De ahí que se cuente a sí mismo la historia, intente aclarársela». Así explica Dostoievski su obra en la «Nota del autor» que precede La dulce, a la que llama relato fantástico. La dulce se basa probablemente en hechos verídicos en que el autor ruso se inspiró para escribir una de sus más inquietantes novelas cortas. Como si de un viaje al pasado se tratara, Dostoievski, a través de las contradicciones, remordimientos y justificaciones en el soliloquio del protagonista «ante un auditorio invisible o una especie de juez», investiga en los recuerdos a la búsqueda de la verdad que se esconde en el alma humana.

Opinión personal:

Como pone en la faja del libro, es  una "pequeña obra maestra" y es que pocas veces en tan pocas páginas podemos encontrar tanta belleza literaria y tanta psicología. Unos personajes con grandes diferencias, tanto por la edad como por su posición social, mantienen una relación en la que no hay comunicación lo que hace más abismales sus diferencias. Lo más impresionante es el análisis que hace el marido usurero, propietario de una casa de empeños, sobre su joven mujer a la que espía y a quien tortura psicológicamente. Cuando se da cuenta del daño que ha hecho ya es tarde. Hace que analicemos el mal que hay en el hombre y nos ayuda a descubrir que se podía haber evitado el mal.
La novela es como un monólogo del marido en forma de confesión delante del cuerpo inerte de la joven "dulce".

Pamela: camina o revienta


Con un sujetador cuatro tallas menos para que sus descomunales protuberancias no le fueran golpeando en la cara de forma sistemática evitándole la visión y provocándole hematomas, o sencillamente para evitarle perder el equilibrio con su vaivén, zancada tras zancada, Pamela Anderson corrió el pasado fin de semana  la popular maratón de Nueva York. Aunque parece que lo más importante para ella no ha sido llegar a la meta sino de qué guisa quedó después de la carrera.
Los que hemos probado ese cáliz, el de correr maratones digo, sabemos lo que sufren las articulaciones de los miembros inferiores corriendo con algún gramo de más, cuánto más si cargamos con una mochila de globos de silicona. Desconozco a cómo  se cotiza ese material en el mercado y cuánto pesa. En mi casa la única silicona que entró  fue la de las tetillas de los biberones de mis hijos, y sino que me registren.
Pero todos sabemos que hay gente que con tal de llamar la atención hace cualquier cosa. Hubiera sido gratificante saber simplemente que la tal  Pamela corrió para una causa benéfica, pero no, tuvo que dar la nota colgando en su cuenta de twitter una foto en camisón, que a quién le importa, digo yo.  Habría sido más satisfactorio ver su foto cruzando la meta, sencillamente. Pero ya sabemos que donde no hay mata no hay patata... Cabe decir que la emoción de llegar a la meta tras varias horas corriendo es lo más... cuanto mayor es el sacrificio, mayor es la recompensa, las emociones que se sienten son indescriptibles, hay que vivir ese momento para poder comprender bien lo que significa, por eso no se entiende que una corredora ocasional (lo de ocasional lo supongo) comparta con el mundo su foto  tumbada en una camilla y llena de bolsas de hielo.
Una maratón es mucho más que eso, es una prueba de superación, es una aventura sin límites, un esfuerzo a veces sobrehumano, sobre todo cuando no tienes una preparación diaria por eso  las secuelas son heridas de guerra de las que, por unos días, nos sentimos orgullosos... Cuando algún compañero te observa mientras con dificultad te levantas de la silla y te dice, quién te mandará, te callas y piensas: si tú supieras...
Pero cruzar la meta... vivir los últimos kilómetros, la gente que vas dejado atrás cuando ya corres por inercia como si una fuerza interior te empujara hacia la meta mientras el cuerpo dice basta, no puedo más...
(Aquí es cuando Rambo hubiera dicho "no siento las piernas")
Para mí, correr la maratón fue una de las mejores experiencias que he tenido y a la vez las de mayor sufrimiento. Mi foto de la maratón sería cruzando la meta, nunca en una camilla y de esa guisa. Si hay algo que compartir es el éxito, el logro de cumplir un objetivo que te has marcado, la alegría que te hace llorar  y gritar a la vez casi sin fuerzas ¡lo he conseguido!   Todo  lo demás, debe quedar para uno mismo.
De todos modos, desde este blog queremos felicitar a Pamela y a sus primas las domingas  y esperamos que siga recaudando dinero para los más desfavorecidos, de Haití o de cualquier lugar del planeta.