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La dieta de la alcachofa

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Se aproxima el verano, vacaciones, playa... nos da por adelgazar y nos agarramos a la primera dieta "milagro" que nos venden... de alcachofa, de papaya... de cualquier cosa, para lucir un tipo de estereotipo. La sociedad marca unos patrones y si te sales eres el raro ¡bienvenidos los raros!

Pues mucho cuidado con esto, preguntad primero a alguien que haya hecho esas dietas y que os explique cuáles son los efectos secundarios. Eso es peor que comer buñuelos de propano. Te inflas con tal cantidad de gas que, si consigues canalizarlo, lo puedes aprovechar en forma de combustible, siendo capaz, tú solito, de hacer funcionar el Ferry Mallorca-Ibiza.

Debido a un atracón de alcachofas, la duquesa de Cornualles tuvo una fuga rectal cuando estaba comprando sombreros en Harrods. Provocó tal estampida que los clientes tardaron días en poder acceder a los almacenes  y a punto estuvieron de declararse en concurso de acreedores. 

Durante todo el año debemos hacer una dieta sana, comer verduras, frutas, cereales, legumbres, lácteos,  pescado, carne, huevos, jamón serrano... lo de toda la vida de antes, básicamente, y sin abusar. Pero hay que moverse, caminar, correr... en la medida en que podamos, porque cada uno tiene el cuerpo que tiene y unas cualidades o actitudes por las que te van a valorar y querer, así que empecemos por querernos más a nosotros mismos.

 Y si tienes un problema de salud, consulta a al médico o a tu portera.

Yo no desciendo del mono



Si el hombre evolucionara para adaptarse al medio, a estas alturas tendríamos que tener cuatro manos, dos para ir con el teléfono móvil y las otras dos para conducir, hacer botijos a lo Demi Moore en Ghost o viajar en la escoba de Harry Potter, lo que más os guste. Y para no tropezarnos nuestros ojos serían celestes, uno iría mirando al Sur y otro al Este

El día también tendría que tener más horas para que tuviéramos tiempo de hacer "cosas", como ir a pilates y a terminar el master de ganchillo de la abuela, además de ir a trabajar, llevar a los niños a clases extraescolares y a subir al Annapurna. La Tierra tendría que girar más despacio alrededor del sol, sobre todo en horario nocturno que ahora mismo va como loca, por favor, que alguien la frene, que cualquier día se alcanza y se estrella consigo misma. 

La explicación científica de que la estatura el hombre haya evolucionado se debe a un agente externo llegado hace décadas del África tropical, el colacao, que fue el causante de subir la estatura media según los expertos (las madres). En cambio, intelectualmente, no hemos "crecido" mucho, seguramente la culpa la tienen los cambios en el sistema educativo, que si ahora blanco, que si ahora negro...  y la ausencia de "reglas" en casa y en el colegio.
Los de mi generación sabíamos muy bien de normas y reglas, obedecíamos a nuestros padres y profesores, si te portabas mal en casa, tu madre se quitaba la zapatilla y te marcaba en el culo un 36, que ríete tú de los tatuajes de Melendi, y si no llevabas hechos los deberes al colegio, sacaba la maestra la ganchetto regla y te alcanzaba aunque estuvieras en el último rincón. Ahora cada uno va por libre y hace lo que le viene en gana. Así nos va.

En la antigüedad, el hombre cazaba para subsistir, se le llama primitivo. Ahora, al que trabaja para vivir y pagar impuestos, se le llama pringao. Los que sí han evolucionado son los vagos que además han mejorado la técnica y ahora proliferan como las malas hierbas camuflados, algunos de ellos, de políticos, banqueros y faranduleros que, presuntamente, además de no trabajar, evaden impuestos y nos roban a los que sí trabajamos. Primero les pagamos sus yates, sus casas de lujo y sus coches de alta gama y si les pillan y acaban en el talego, les pagamos unas vacaciones a pensión completa en la suite de cualquier cárcel de cinco estrellas, como el Palace de Ciempozuelos.

Ni monos ni monas, ni ladrones ni ladronas, la ley del talión o un buen zapatillazo a tiempo y veríamos cómo el robar se iba a acabar. 



Fuego en el cementerio

Foto de Quinito


Ayer martes, un rayo que cayó sobre un ciprés del cementerio de Cacabelos, provincia de León, provocó un incendio que se propagó con facilidad por todo el Campo Santo.

Cientos de víctimas se vieron atrapadas bajo sus lápidas "viviendo" lo que algunos de sus familiares han calificado como un auténtico infierno. A mi la noticia me ha dejao muerta.

Hay que destacar que los daños materiales no han sido relevantes. Tampoco hubo daños personales gracias a la rápida intervención de los bomberos que pudieron sofocar las llamas y a que los inquilinos que en ese momento ocupaban el cementerio ya estaban muertos.

El hecho no tiene ninguna gracia ni es como para partirse la caja,  aunque la noticia no ha dejado indiferentes  a vivos ni a muertos, sobre todo a quienes un día eligieron morar bajo tierra y ahora se han "visto" incinerados por causas de fuerza mayor. Yo pondría una reclamación a los de Vodafone, esto no puede quedar así.