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Cumpleaños



Esta mañana escuché en la emisora de radio que me tortura el sentido común las mañanas de lunes a viernes,  gracias a mis compañeros, una gran noticia: los científicos han descubierto una vacuna para alargar la vida de los ratones a cien años pero ¡cuidado! dicen que es solo una prueba, luego lo harán con las personas. Esto me ha provocado una serie de reacciones en cadena, incertidumbre, desconcierto, come come... y además, ha suscitado en mí una serie de interrogantes:
¿Quién ha probado científicamente que eso es cierto? Ha tenido que ser alguien que trabaja en un laboratorio, eso seguro,  y que tiene  más de cien años, seguro también... Abuelo, haga el favor de jubilarse que ya está bien, pero hombre, tiene que dejar el sitio a los jóvenes que luego nos venimos quejando de que si hay paro, que si sube la prima de riesgo (hoy baja),  no me extraña que volvamos loco al euro, que si entro, que si salgo... si cada uno se jubilara cuando le corresponde en lugar de abusar así del trabajo...
Además ¿a quién se le habrá ocurrido semejante estupidez? no quiero ni  pensar cómo va a estar esto de ratones dentro de cien años,  ya puede venir el flautista de Hamelín que ni con la flauta travesera... o bien eso,  o que suelten al gato porque a mí esto me huele a que lo tienen encerrado. Porque si lo trasladamos a las personas  ¿para qué necesitamos vivir cien años? ¿para terminar de pagar la hipoteca y no dejársela en herencia a los nietos junto con el colmillo de oro? ¿van a  volver a ampliar la edad de jubilación...?  cada uno que piense lo que quiera pero a mí no me vacuna nadie. Una mujer de mi pueblo vivió cien años y yo creo que cuando murió fue porque se dio cuenta de que no había más velas que soplar, su familia no fue capaz de juntar entre todos los vecinos velas suficientes, aún así no daban encendidas velas, al llegar a las últimas ya se habían consumido las primeras. A partir de ese día empezó a perder la cabeza, se pasaba el día mirando la tele y cuando veía a George Clooney en un anuncio se quedaba eclipsada mirando y les decía a los nietos; mirad qué guapo sale el abuelo... Una vez vió a Angelina Jolie en el Hola y preguntó con mucha excitación ¿quién me ha sacado esa foto...?

Así que hoy voy a homenajear hoy a los que cumplen cincuenta años para que me vayan haciendo un sitio en su club porque en poco más de un año allá voy.  Si los cumples estás de enhorabuena porque acabas de entrar en la edad de oro que, sin lugar a dudas, es la mejor edad.  Aún tienes toda una vida por delante tanto si te vacunas para alargarla, la vida digo,  como si no. Es el mejor momento para publicar un libro, grabar un disco, correr una maratón... puedes hacer absolutamente todo lo que te propongas y además lo vas a hacer bien porque ya tienes años y escuela. Vas a descubrir que te acabas de enamorar de ti mismo, te sentirás joven  y serás capaz de enfrentarte a cualquier reto. Si pasas por un espejo vas a volver la vista y decir ¿quién es ese tío tan bueno? su cara me suena.  A mí me pasa cuando voy al supermercado y paso por delante de las columnas de espejos... les digo a mi hijos: acabo de ver a Michelle Pfeiffer, ellos me dicen ¿sí? y no hemos traído la alfombra roja... a veces no están de humor y me dicen "te rayas mazo"

Hay quienes tienen tantas ganas de cumplir los cincuenta que incluso adelantan la fecha del cumpleaños, lo mismo que hago yo cuando me toca pasar la ITV pero al revés.  Es como si tienes  un billete de globo para viajar mañana dando la vuelta al mundo y ya quieres salir hoy, tranquilo Willy Fog, no seas ansioso, el mundo te espera y es tuyo.
Otra de las ventajas (además de que no los vas a doblar) es que ya no te van a  molestar por teléfono los del  banco ofreciéndote seguros de vida o planes de pensiones, para eso deberías haber empezado a cotizar a los 20, ahora ya no les eres rentable y no te llaman.

A mí me llamó la pasada semana un tal Mauricio  (colombiano),  de la aseguradora de mi coche (madrileña), y no era para decirme que me hacían un descuento en mi póliza sino para ofrecerme un seguro de decesos. Le dije ¡no me interesa! ¡lagarto lagarto!  colgué el teléfono y me fui al supermercado a subir mi autoestima mientras observo las columnas a mi paso...

Las gafas.

Llegará un día en el que tengas que pedir a alguno de tus  hijos que te enhebre la aguja de coser. A partir de ese momento cambiará tu vida.  Primero el hilo, luego con que si no soy capaz de leer los ingredientes del bote de tomate frito o la fecha de caducidad de los yogures. Y así empieza todo.
Pero el  problema no es la presbicia que, sencillamente, se resuelve con unas gafas. Son los años, nos buscan las vueltas y nos provocan atacándonos por el frente donde nuestras defensas han bajado la guardia. Hoy te muestran una cana, mañana una arruga... Puedes hacer dos cosas, o amargarte o sacar provecho de la situación.
Para empezar, todo se arregla con las gafas que te mostrarán sólo aquello que tú quieras ver. Si te miras al espejo hazlo sin gafas. De momento úsalas solo para leer o para coser algún botón si llega el caso.
Según te veas tú así te verán los demás, y creedme, funciona:
- ¡Vaya, con gafas resultas más atractiva (si cabe)!
- ¿Más aún? no por favor, no voy a poder resistirlo...
Llegar a cierta edad te da caché. El mundo es tuyo, puedes utilizar cualquier tara para sacar provecho de situaciones de lo más dispares. Una de mis "taras" ficticias favoritas es  hacerme la sorda (también sé hacerme la muerta pero de momento ese experimento solo lo hago en la piscina y donde cubre). ¿Te te ves involucrado en una conversación sin sentido? dejas tu mirada perdida como si estuvieras explorando tu riqueza interior y si alguien te pregunta dices:  perdonad, pero es me estoy quedando sorda y aunque no os lo creáis estoy sufriendo por no enterarme de vuestra conversación,  a mi este truco siempre me funciona, salvo con mis hijos.
De todos modos, aunque no he llegado al ecuador del siglo, ya he empezado a ahorrar para pagarme la  residencia  cuando sea mayor. Digo la y no una porque es a la que vamos a ir todas las amigas cuando nos llegue la edad para no aburrirnos. Otra posibilidad sería que nos cuidaran nuestros hijos, pero como de lo que se ve se aprende...
Mis vecinos de al lado celebran este mes el mes del abuelo, lo hacen cada tres meses, cuando viene a su casa a pasar un mes. Me parece muy bien que los hijos cuiden de los padres, todos deberíamos hacerlo y por muchas razones que no voy a enumerar aquí porque ahora no vienen a cuento. Pero lo de este mes ha sido de película.
La primera noche que el abuelo durmió en la casa desperté de un sobresalto y eso que su habitación da para el  lado de los otros vecinos. Empecé a oír una especie de rugidos de forma regular y acompasada que me asustaron tanto que dije en voz alta ¡se ha escapado el león de la Metro! cuando por fín consigo identificar el origen del ruido y conciliar el sueño vuelvo a oír un chillido espantoso. El señor padece de próstata y se tiene que levantar varias veces  al baño. En una de esas, debió pisar al gato que del susto pegó un salto y quedó colgado de la lámpara emitido un grito ensordecedor más propio de un tigre de Malasia que de un "lindo gatito".
 Por si no fuera suficiente, su yerno, que presume de manitas,  ha cambiado la fontanería del baño hace poco, lo sabemos muy bien porque nos deleitó a todos los vecinos durante varios días con los ruidos de su "orquesta filarmónica" formada por martillo, radial, taladro e incluso martillo neumático, vamos, todo un arsenal de herramientas y total para hacerlo mal y conectar el agua de la cisterna con la tubería del agua caliente, de modo que cada vez que tiran de la cadena se les enciende la caldera.
Cuando ha sonado el despertador me he sentido como si tuviera cien años pero con los cinco sentidos al cien por cien de su capacidad. Esa noche hubiera prefido ser sorda de verdad.