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Soy agente secreto de la CIA pero no se lo digáis a nadie



No llegué aquí por casualidad, desde que nací  me han estado preparando para ser agente doble de los servicios secretos de los Estados Unidos de América y del extrarradio de Alpedrete. Gracias a un duro trabajo y mucho esfuerzo, sacrificando los mejores años de mi vida,  he logrado realizar con éxito cada misión que me ha sido encomendada allende los mares. Esto de ser espía  lo llevo en los genes, ya mi abuelo  fue agente doble de la CIA y trabajó durante muchos años de maestro  infiltrado en la K.E.G.B. en un pueblo de la estepa de Soria, soportando temperaturas extremas y sin calefacción central.

Pero ahora trabajo en mi país,  investigo al inventor de la receta de cocina “pollo sentado sobre botella de cerveza”, receta que se ha extendido como la pólvora entre la gente de a pie y los jefazos quieren que se ponga freno a esto porque, según ellos, todo apunta a que se trata de una maniobra de desprestigio hacia nuestra cocina cuya pretensión es rstar protagonismo y glamour a la cocina de diseño y destruir el turismo gastronómico en nuestro país. Tanto trabajo de investigación de cocineros profesionales sobre nuevas texturas y sabores, para que llegue este pollo, coja un ídem, le meta una botella de cerveza por el buyas,  le ponga un poco de sal, lo meta en el horno y listo... esto no puede quedar impune.

 Mi contacto de Almendralejo me ha facilitado recientemente las coordenadas de su ubicación y por fin, esta noche, vamos a llevar a cabo su detención.

Lo que no sé es dónde le van a meter una vez juzgado, porque las cárceles están llenas. Pero bueno, mi trabajo termina cuando le ponga en manos de las autoridades. Desconozco qué pena pedirá el fiscal, pero hasta donde yo sé, los miembros de la asociación protectora amigos del pollo de corral, se presentará como acusación particular por estar en contra del maltrato animal.


El plátano de Canarias


Todos sabemos que para hacer deporte lo mejor es comer un plátano diario, aporta vitaminas, minerales,  hidratos de carbono y no sé cuántas cosas más. Nosotros solamente tenemos que comerlos y ellos solos  se distribuyen por nuestro organismo donde más se necesiten.  
Entre sus numerosas propiedades está la de prevenir el colesterol, evitar  calambres (si hacemos ejercicio físico), es beneficioso contra las úlceras de estómago, ayuda  a combatir la anemia,  aportan  gran cantidad de energía y un sinfín de etcéteras. Vamos, que el plátano de Canarias tiene más propiedades que la duquesa de Alba.
 Pero no debemos confundir los nuestros (ricos en potasio)  con los que importan los alemanes (ricos en cocaína), porque así les pasa luego, no tienen fuerza, se caen, se rompen la pelvis… Como le ha pasado a la señora  Merkel,  que se empeña en ignorar todo lo nuestro aun sabiendo que es lo mejor (la envidia no es buena) y claro, en lugar de comer plátanos prefiere hartarse de bananas enriquecidas con coca y no es lo mismo, los efectos de éstas pueden llegar a ser devastadores.
 En cualquier caso y con todos mis respetos, yo  a esta señora no me la imagino esquiando, la veo más practicando lanzamiento de martillo o viajando en globo, pero bueno, son las cosas que nos pasan cuando nos hacemos mayores, que como se nos meta una cosa en la cabeza a ver quién se atreve a llevarnos la contraria. 
Desde aquí quiero lanzar una advertencia:
Antes de consumir un plátano lea la etiqueta y consulte a su peluquero. 

El ciclo de la vida


El invierno de la vida transcurre a veces en blanco y negro. Atrás quedaron los días de esplendor  en que viniste a hacer tu nido en mi rama más alta cuando un estallido de flores cubría mi copa de color pastel.
 Mis hojas, más tarde,  protegieron a tus polluelos ocultándoles de acechantes predadores  y fueron como brisa fresca agitándose los días del caluroso verano. Ellos fueron creciendo y madurando a la vez que mis frutos . Pero una vez más llegó el otoño, comenzaron a amarillear las hojas y fueron cayendo sigilosamente formando una tupida alfombra alrededor de mi tronco.  Llegaron las lluvias, el frío y los vientos huracanados se llevaron consigo las últimas hojas dejando mis ramas completamente desnudas, con la sola compañía de tu nido que, aunque ya maltrecho, se mantiene aferrado a la rama formando parte del mismo paisaje invernal.

Cuando en mis días aciagos y mis noches oscuras la tristeza me embarga,  miro tu nido solo y frío y un atisbo de esperanza  intenta asomar de nuevo cuando siento la savia que fluye por mis ramas que  ansía la llegada de una nueva primavera.  Antes llegará la poda para llevarse lo viejo y  que nazca lo nuevo.