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Tarjetas black & truco


La aseguradora donde tengo contratada la póliza de mi vehículo, como muestra de fidelidad por tener una antigüedad de más de veinte años, me ha regalado una tarjeta black. En realidad la llaman platino pero os puedo asegurar que es negra negra. Como recientemente se había montado tanto revuelo en torno a las tarjetas opacas que ha repartido Bankia, he probado a ir a un cajero de dicho banco  a intentar sacar dinero con ella, por ver si colaba. Nada más introducirla por la ranura y antes de que me pidiera el número pin, ha salido esta imagen:
Pero no me he dado por vencida y la he vuelto a guardar en mi cartera a la espera de encontrar otra oportunidad de darla uso, así que, ya de vuelta para casa, al pasar por el peaje he intentado pagar los 1,20€ con ella pero no solo no se ha levantado la barrera sino que han saltado las alarmas y han aparecido dos coches de la Guardia Civil de Tráfico. Asustada, he traspasado la barrera psicológica del miedo y he huido por la R5 siendo perseguida por varios coches de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, por un helicóptero de Salvamento Marítimo y por un coche escoba que llegaba de una maratón.

Al llegar a mi barrio las calles estaban atestadas por una caterva disfrazada de muerte, con ropajes negros, esqueletos dibujados, las caras pintadas de blanco y con sangre en la boca. A pesar del pánico he conseguido llegar a mi calle y aparcar a duras penas. Inmediatamente después he entrado en mi casa y me he encerrado muerta de miedo.

Pocos minutos después, ha sonado el timbre. ¡Ya me han pillado! me he dicho, pero eran unas chicas jóvenes vestidas de terror que parecían celebrar una fiesta extranjera que no conozco (ni tengo interés) y que nada más verme me han preguntado ¿truco o trato? Les he dicho que se dejen de trucos que yo no hago tratos si no es en presencia de mi abogado. Yo solo quiero vivir en paz.

Y todo por un triste euro veinte, de haberse tratado de una cantidad verdaderamente escandalosa como, por ejemplo, varios millones de euros no solo no me perseguirían si no que, además, me harían la ola... por supuesto que ni pisaría la cárcel.

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