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Incidente en un autobús de línea regular





Apenas faltaban diez minutos para que el autobús de línea Burgos-Madrid finalizara su trayecto en un domingo caluroso del recién estrenado otoño, cuando se vio obligado a parar en una vía de servicio hacia donde fue conducido por una pareja de la GC donde le esperaba un importante dispositivo policial.

Suben dos agentes con un perro y piden al conductor que cierre las puertas, no puede bajar ni subir nadie. Aún así, otros agentes custodian las demás puertas de acceso.

Letizia iba como una reina en su asiento leyendo "Ensayo sobre la ceguera" ocupando también con su bolso el asiento de al lado en el que no se había sentado nadie desde que salieron de Burgos.

Cuando vio que el perro avanzaba por el pasillo mientras olfateaba los equipajes de algunos pasajeros empezó a decirse ¡que no se pare aquí, que no se pare aquí, las morcillas...! pero el pastor alemán se detuvo justo enfrente y se sentó.

Primer pasajero registrado y detenido, justo ese chico "tan majo" que ocupaba el asiento de enfrente al otro lado del estrecho pasillo.

El perro continúa su recorrido, algunos pasajeros se han puesto nerviosos, uno de los que viajan en los asientos de la parte de atrás dice que se está meando y tiene que bajar. Uno de los agentes insiste en que no puede bajar nadie del autobús. El pasajero insistiendo, la situación era más propia de un guión de Torrente que de un viaje en el que el mayor incidente que suele haber es que alguien estornude por el aire acondicionado. Al otro lado del autobús, una voz angustiosa, la del conductor, pidiendo que por favor no lo haga. Al final, dada la insistencia del pasajero, le tuvo que dar una bolsa para tal fin. Lo que sucedió a partir de ahí preferimos no saberlo.

En realidad, aunque quisiéramos, tampoco lo sabríamos ya que nuestra protagonista empezó a sentir unos sudores, primero, y un mareo, después, que le hicieron ausentarse de la realidad durante unos segundos que le parecieron eternos. Cuando volvió en sí, otra pasajera la estaba abanicando tratando de reanimarla... trataba de sujetar las palabras para que no salieran de su boca pero le salieron todas de corrido... es que con la maría me mareo.

Balance del viaje, cinco detenidos, que fueron puestos en libertad antes de que los agentes de la GC terminaran su jornada laboral y de que Letizia llegara a Alcobendas ¡hogar dulce hogar!

Al día siguiente contaría en clase a sus alumnos, ávidos de conocer historias, este curioso incidente en un autobús de línea.

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