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Alicia en el país de las maravillas.

Los primeros rayos de sol se colaron por entre las lamas de la persiana de la habitación de Alicia enfocándola directamente en los ojos, lo que provocó que se despertara con  un absurdo optimismo que la hizo saltar de la cama.
Empezó a recorrer toda la casa,  miró en los cajones de los armarios, debajo de su cama, en otras habitaciones... no le gustaba cumplir años pero lo olvidaba en cuanto veía su regalo. Esta vez parecía que Paco no lo había recordado y con profunda tristeza se dispuso a tomar su desayuno.
 Al entrar en la cocina, encontró encima de la mesa un paquete envuelto en papel de regalo, el envoltorio le resultaba familiar. Empezó a abrirlo entusiasmada cuando ¡sorpresa! el contenido era un perfume de hombre. No puede creer lo que está viendo. Se sienta en uno de los dos taburetes y con el codo apoyado en la mesa y la mano mesando su melena despeinada empieza a reflexionar haciéndose preguntas de calado profundo como ¿este es tonto o qué?
Se sirve un vaso de leche y al ir a introducirlo en el microondas choca con algo que a punto está de provocar que se derrame el desayuno  ahí está su regalo, un perfume... de marca... de los caros... de los muy muy caros...
Después de desayunar se dirige al baño y al mirarse al espejo no se reconoce, ha cumplido un año más, solo tiene unas horas más que cuando se miró por última vez pero parece que le hubieran caído varios años encima. Toca el espejo como esperando encontrarse a sí misma. Toca, toca, que después te va  a tocar limpiarlo.  Pero se pone el perfume y se transforma. Como se había tomado el día libre decide ir a la peluquería, mechas, moldeado... cuando se ve en el espejo sigue sin reconocerse pero ahora por todo lo contrario que cuando se miró en casa, aunque hay algo que no encaja en ese marco ¡ya lo tengo! el forro polar de Quetchua, los vaqueros gastados y las botas viejas. Así que decide seguir afilando la VISA. Ropa, bolsos, zapatos, todo a la última y de marca. Termina su recorrido pasando por la sección de peletería y tras probarse varios abrigos se decide por uno de piel de marmota.
Cuando sale del centro comercial no le queda ni un céntimo en los bolsillos ni en la cuenta corriente. A la puerta está como siempre el morenazo que enseña La Farola para pedir limosna y a punto está de decirle "no te da vergüenza hombre, pidiendo dinero cuando a Julio Iglesias se le ha quemado su casa en el Hola!" pero no se lo dice,  solamente lo va pensando mientras se dirige a su utilitario viejo y roto que al arrancar el motor  emite tal sonido que parece que va a salir el sobrecargo Esteban pidiendo cerrar puertas y rampas.Y nada, que acaba en el concesionario de la Mercedes comprando un clase A, aunque haya tenido que  pedir una ampliación de la hipoteca.
Al llegar a casa el marido y ver el coche en su puerta se asusta, cuando entra se asusta aún más al ver la montaña de bolsas, el abrigo de pieles y la llave del coche, de su-co-che. ¡Cariño, es lo que iba bien con mi peinado!
Sufre un infarto... llamada al 112, llegada de la ambulancia, traslado al hospital, ingreso en la UCI... (¡qué estres!), despierta en su cama asustado. Se alegra de que todo haya sido un sueño. Inmediatamente se dirige a la cocina y saca del microondas el perfume de marca que ha comprado a Alicia para su cumpleaños. Lo esconde en un lugar seguro y baja a la tienda de los chinos a comprar un bolso de imitación con osos para darle la sorpresa antes de que despiertes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jeje menos mal que era un sueño, aunque Alicia hubiera salido ganando.....

Garbancito

Unica dijo...

Vaya lío y la pobre Alicia, sin comerlo ni beberlo, se queda sin regalo....
A veces las decisinoes que toman los hombres, no son las mejores. Tendremos que convertir algún sueño en realidad y que espabilen, no?.

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