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Todos los Santos



Esta mañana he echado mano del calendario para ver si en Madrid pasaban la fiesta de Todos los Santos al lunes como en algunas comunidades autónomas, y me he quedado muerta, no por comprobar que no, sino al ver que en el día 31 de octubre al lado de "San Quinín" ponía noche de halloween. (Foto)

No he podido evitar acordarme de la noche del 31 de octubre de hace dos años. Sé que con lo que os voy a contar mi reputación se puede ver objetivamente dañada, pero ese día según iba a entrar en el garaje de casa vi a la niña de la curva. No tuvo tiempo de subir al coche porque enseguida eché los pestillos.

Cuando llegué a casa, pálida, fuera de mí y por la escalera por temor a encontrarme con ella en el ascensor donde no tendría escapatoria, me dice mi familia "parece que has visto a un muerto". Era incapaz de articular palabra, antes de que me diera tiempo a respirar llaman al timbre. Miro por la mirilla y ahí está, es ella y no viene sola, trae refuerzos, la acompaña la niña del exorcista.. Huyo aterrada  y me encierro en la cocina, creo que está a punto de darme un nosequé al corazón cuando mis hijos abren la puerta... se conocen, se están saludando... ¡que no entren en casa! Salgo y cierro la puerta de un portazo. Desde entonces la vecina del quinto izquierda no me saluda...

A este paso, no tardaremos en empezar a celebrar el día de la marmota o el 4 de julio poniendo la bandera de EEUU en la maceta de los geranios. Qué afán de traer costumbres y fiestas que no son nuestras y de querer cargarnos lo nuestro, oye. ¿Os imagináis a los franceses celebrando el 2 de mayo? ¡Estamos volviendo el mundo del revés!

Entendamos que aquí tenemos otras celebraciones y costumbres, no voy a decir que sea plausible el hecho de que en algún pueblo tiren a una cabra desde un campanario (aunque si la lanzan en paracaídas...) pero no entiendo ese empeño que tienen algunos de querer cargarse las corridas de toros (por cierto, a mí no me gustan) y en cambio se mantengan programas como los sálvames que son muy similares a lo que ocurre en la plaza, hay cuernos, clavan banderillas y en algún caso llegan a dar la estocada por la espalda. No vamos a dar ideas no vaya a ser que algún día le corten a alguno las orejas u otro miembro.

Todo lo de fuera nos invade, ya ni si quiera los mosquitos son trompeteros, son mosquitos tigre. En las acacias de mi calle ya no anidan los gorriones o especies autóctonas, sino unos pájaros verdes que nadie sabe de dónde han venido pero que emiten unos sonidos que asustan.

Voy a hacer un profundo análisis de todo esto mientras me hago la muerta un rato.

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