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Desde el Cielo



Leía ayer en el artículo que publica Isaías Díaz en la guía de la carrera XIII Medio Maratón Villa de Madrid,  que hay miles de anécdotas y momentos especiales a lo largo de tantas carreras que dan para un libro, y claro que dan, porque cada uno de los 18.300 corredores que hemos participado hoy  tenemos la nuestra propia... y cada año una diferente.  No importa que nos cambien el recorrido, que caigan chuzos de punta,  que haga calor o un frío gélido como el de esta mañana, siempre estamos ahí y con una misma ilusión, disfrutar de carrera porque lo que nos gusta es correr  y además intentar mejorar nuestra marca personal (tal vez algún día yo lo consiga, no desespero).

Me ha gustado el mensaje que había hoy en la línea de salida "Disfruta corriendo pero recuerda que la salud es lo más importante" (o algo así). Yo lo tenía claro y me lo he tomado al pie de la letra, que una ya tiene edad...

Para ponernos las pilas un día frío como hoy y entrar en calor lo mejor es ingerir  esa sustancia dopante tan peligrosa como es el chocolate con churros  que tiene la función de protegerte los riñones y que se quedará a vivir contigo alrededor de los mismos si lo consumes de forma habitual. Pero el frío persistía aún así, de modo que nos hemos ido colocando en la línea de salida buscando el calor humano esperando el ansiado pistoletazo de salida.

A partir de ese momento, cada uno está solo consigo mismo, enfrentándose a los 21 km que tiene por delante, habrá momentos duros en los que pensemos que no podemos más, que quien nos mandaría venir aquí con lo bien que se estaría durmiendo... También hay ratos más divertidos como cuando los corredores de la Brigada Paracaidista se ponen a cantar sin dejarte escuchar  la música que llevas en el mp3 y aún así les sigues varios kilómetros hasta que no puedes aguantar más su ritmo,  o cuando los bomberos hacen sonar las sirenas subiendo Santa Engracia, exactamente igual que en todas las ediciones anteriores de esta carrera y de otras que pasan por el mismo sitio.
 Me siguen emocionando los niños cuando ponen la manita para que choques esos cinco mientras algunos  esperan aburridos a que por fin pase su padre mientras la madre sujeta un cartel que reza  ¡ÁNIMO PAPÁ!
 Y qué me decís de ese  olor a pan recién hecho subiendo Bravo Murillo que provoca que se te activen  los jugos gástricos... pero sin lugar a dudas lo qué más me ha sorprendido esta mañana ha sido ver junto a  Plaza Castilla animando a los corredores con sus aplausos a María de Villota. Inconfundible por su parche en el ojo pero sobre todo por su enorme sonrisa (¡GRACIAS!).

Hoy he tenido un recuerdo muy especial para alguien muy importante a quien dediqué mi carrera del año pasado llevando una camiseta con su nombre, muy joven y muy querida `por  todos los que la conocimos  y que hace dos meses nos ha dejado. Cuando, tras mucho sacrificio, he cruzado la línea de  meta, las lágrimas que con tanta facilidad afloran en mis ojos tras su partida,  han brotado con total fluidez. Pero tengo la certeza de que, desde el Cielo,  me ha acompañado hoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ERES GRANDE.TE HAN ACOMPAÑADO DESDE EL CIELO COMO NO.Y DESDE LA TIERRA TAMBIEN.TODOS LOS QUE TE QUEREMOS Y TE ADMIRAMOS POR MUCHAS COSAS.PERO QUE BONITO LLEGAR A LA META DESPUES TE PASARLAS CANUTAS Y TENER EN MEMTE ESE RECUERDO PRECIOSO.ERES LA CAÑA NO CAMBIES.UN BIKO

Unica dijo...

Seguro que si, las buenas personas allí están. Yo no la he conocido, per tu me hablaste de ella. Si tu dices que era buena, seguro que lo era, sin duda. Eres una campeona un año más!!! Qué valiente eres!!!

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