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Corrupción sin fronteras.


A los de mi generación nos enseñaban desde bien pequeños a que  apropiarse de bienes ajenos era malo, muy malo, y no se debía hacer nunca.
Yo lo aprendí muy bien con pocos años  de edad cuando, después de enfadarme con una compañera de clase, le tomé prestada sin que se diera cuenta una goma de borrar, eso sí, de marca, de la marca MILÁN, con la única intención de fastidiarla hasta el día siguiente, fecha en que tenía prevista su devolución. Pero todo me salió al revés. Me pilló mi madre y me enseñó la zapatilla. Temí que se  enterase mi padre y también se enteró, él me enseñó la mano más grande del mundo, la suya.  No solo me obligaron a devolver la goma de borrar, lo peor fue que la  niña tonta no se había dado ni cuenta de que le faltaba y encima le tuve que pedir perdón. La humillación fue el peor de los castigos.  Ese día la maestra también me enseñó la regla de medio kilómetro con la que llegaba a todos los rincones de la clase, solo que esta vez solo me amenazó sin llegar a atizarme.
Como podéis comprender, después de eso se me quitaron las ganas de volver a "gastar bromas" escondiendo cosas.
Y es que esto funciona así, que empiezas robando los lapiceros del IKEA y terminas de presidente de Caja Madrid, de Pescanova... metiéndote en política o casándote con una infanta.

Y luego me sorprendo al ver  a ciertas mujeres de raza calè en el supermercado saliendo por la caja alegremente sin pagar y con la compra metida entre sus camisetas ajustadas marcando todo, las latas de conservas, el queso, las tabletas de chocolate... todas unas expertas jugando al tetrix entre sus protuberancias. La cajera ni se inmuta. Cuando le digo ¿y eso? me dice, ahí tienes al vigilante, mirando a otro lado, otros roban menos y les da el alto pero con estos no se enfrenta . Pues nada, que robe todo el mundo que ya trabajamos los cuatro pringaos pagando impuestos, que entre el IBI,  lo que nos retienen de IRPF en la nómina, lo que pagamos a la Seguridad Social,  el IVA de los artículos de primera necesidad  y un sin fin de etcéteras, somos nosotros quienes estamos levantando el país. Uf, se me está empezando a poner  un humor de perros.
Luego  están los chinos, que no sé si pagarán menos impuestos pero tienen montado en sus tiendas de barrio todo un sistema de vigilancia por cámaras de circuito cerrado.Y si tardas más de lo que ellos puedan considerar normal buscando algo,  enseguida mandan a la vigilante jurado que no es otra que su abuela que han traído de China hace poco tiempo y  que te mira como si fueras a robarle. Y cuando le preguntas si no tienen sobres alargados sin ventanilla te empieza a decir cosas ininteligibles con un palillo entre los dientes (por supuesto, no te ha entendido nada de lo que le has dicho) y como si te quisiera decir ¿tanto lato pala un tliste paquete de sobles?  te escolta hasta la caja, y tú con una cara de idiota portando el paquete de 20 sobres valorado en 0,75 céntimos llegas a la caja y el cajero, el mismísimo Kung Fu te mira con la misma cara que su abuela, son como dos gotas de agua, y cuando te va a dar el cambio te tiemblan las piernas porque no sabes si te va a dar las vueltas o te va a dar una patada de grulla. ¿Acaso hay alguien que se atreva a robar en las tiendas de chinos?
Yo he decidido que me quiero mudar a un lugar más tranquilo.  Ese lugar se llama Liechtenstein y creo que es un paraíso... ¿alguien se apunta?

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