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La policía escocesa consigue reducir a un tigre de peluche sin utilizar dardos tranquilizantes



Los hechos ocurrieron en la población escocesa de Aberdeenshire cuando un granjero, que celebraba una fiesta con whisky escocés 0,0, fue a echar un ojo a su establo a ver si alguna de sus 200 vacas estaba de parto. Al acercarse vio que había un tigre y se asustó. Llamó a la policía que acudió inmediatamente al lugar.

Cuando llegó el agente también se asustó y se encerró en el coche patrulla desde donde llamó a su central para pedir refuerzos. Cuando le preguntaron si el tigre le estaba atacando  dijo, no, pero me mira fijamente y parece enfadado.

Un auténtico despliegue policial acudió a la granja, acordonaron la zona y lanzaron una alerta a los vecinos por whatsapp para que no salieran de sus casas.

Tras comprobar que no se había escapado ningún tigre del zoo y que el salvaje animal no se movía, se fueron acercando con el coche hasta comprobar que era un tigre de peluche.

Por el momento las autoridades escocesas no han revelado la procedencia del peluche y quién lo pudo dejar allí, pero a través de nuestras propias fuentes de investigación hemos podido averiguar que ha sido un vecino del granjero que, harto de soportar las pestilencias del establo y del elevado índice de metano en la atmósfera de la zona,producido por los pedos de las vacas, quiso asustar a su vecino para que se fuera a vivir a otro lugar.

Al final todo ha quedado en una anécdota y se han hecho amigos. Para sellar su amistad el granjero le ha regalado a su vecino un pastel de queso de vaca adornado con arándanos, unas gotas de arsénico y pelillos a la mar...



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