Debido al calentamiento global que está provocando, entre otras catástrofes naturales, el deshielo del Ártico, el oso polar está viendo amenazada su especie por la inminente destrucción de su hábitat.
Son muchos agentes los que causan la destrucción de nuestro planeta como la contaminación, el exceso de consumismo, las políticas de recortes a los más desfavorecidos, la tala masiva de árboles y los incendios que cada año asolan el planeta.
Las autoridades gubernamentales a nivel mundial, aunque afirman estar preocupadas por el calentamiento global, no avanzan lo suficiente en las políticas medioambientales.
En cuanto a la extinción del oso polar, que es lo que hoy nos ocupa básicamente, también contribuye su dieta poco saludable ya que una de sus principales fuentes de alimentos son las focas y es precisamente la ingesta de focas grasientas infectadas con alto contenido en toxinas lo que está aumentando su índice de mortalidad.
Los vecinos de Teruel que, además de ser gente muy solidaria y concienciados con la protección del medio ambiente, han propuesto a las autoridades de Alaska, aprovechando que llega otra ola de frío polar, que para salvaguardar la especie, manden a pasar una temporada a una familia de osos polares, en régimen de acogida y a pensión completa, que se van a sentir como en casa y no les va a faltar alimento en buen estado, en Teruel nunca se rompe la cadena del frío. Los hambrientos oseznos podrán degustar los ricos jamones turolenses y las madejas. Un representante municipal ha prometido a la osa mayor que sus hijos "nunca volverán a pasar hambre".
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