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"La soledad del corredor de fondo", Alan Sillitoe

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO

Alan Sillitoe

Editorial: EL TERCER NOMBRE






Resumen:



Novela que obtuvo el premio Hawthornden en 1959, más tarde adaptada al cine de la mano de Tony Richardson. Un inquietante y tierno relato que no dejará indiferente a nadie. El primero de este conjunto de relatos, que da título a la novela, habla de un joven que ingresa en un reformatorio donde tratan de integrar a los chicos con el deporte. Colin Smith, el chico en cuestión, es muy bueno como corredor de fondo y todas las mañanas le dejan salir a correr con el fin de que entrene para la Copa con Cinta Azul de Carreras de Fondo de Borstales de toda Inglaterra; trofeo que el gobernador quiere a toda costa pero que el chico no está dispuesto a ganar para él. Durante sus solitarias carreras va repasando su vida anterior y comienza a pensar que, después de todo, puede que su situación actual sea privilegiada. El resto de relatos narran historias de personajes rebeldes, nacidos en los barrios obreros y marginales de la Inglaterra de posguerra, que rechazan su integración en el escenario social en que les ha tocado vivir.



Opinión:



Aunque es un libro de relatos, el que más me gustó fue el primero que, además, da título al libro.
Es la historia de un adolescente, Colin, que vive en un barrio bajo de Londres donde la pobreza le conduce a cometer pequeños delitos y es en las persecuciones policiales donde empieza sus "carreras".
Una vez detenido y ya en el reformatorio, el director se fija en él porque ve que puede ser un buen corredor y le permite entrenar diariamente con el fin de prepararse para una tradicional carrera de fondo. El director de la institución tiene puestas todas sus esperanzas en que el chico gane la carrera, pero poco le importan los problemas que pueda tener o qué futuro le espera cuando salga del reformatorio.
Pero Colin, durante los entrenamientos diarios al aire libre, en lo que el llama soledad del corredor de fondo , analiza lo que ha sido su vida y lo que le ha llevado hasta allí y decide que no ganará esa carrera cuyo único fin es la satisfacción personal del director. Y, en efecto, el día de la carrera sacando una gran ventaja al resto de compañeros y cuando le faltan cien metros para llegar a la meta se para y deja que todos le adelanten. Sabe que esa actitud le va a costar cara porque le ha dado al director donde más le duele y, los pocos meses que le quedan para terminar de cumplir su pena, van a ser duros como así sucedería, teniendo que realizar el trabajo más ignominioso, pero decide libremente que es más importante su honestidad.
El autor consigue lograr la complicidad del lector con el protagonista de la historia que en ningún momento nos muestra como un simple delincuente sino como una víctima de la miseria que teniendo la oportunidad, dentro del reformatorio, de recibir determinados beneficios, prefiere renunciar a ellos manteniendo sus principios.

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Tal vez nunca hubiera leído este libro de no haber sido corredor@ por lo tanto puedo presumir de conocer esa soledad del corredor de fondo y además yo añadiría también "libertad" del corredor de fondo. Libertad de soñar, libertad de correr a tu ritmo, de elegir el recorrido, de elegir cuando corres y cuando paras, de marcarte tus propios tiempos y tus propias marcas. Ser corredor y querer ser el primero en llegar a meta es algo muy estresante porque solo lo consiguen los mejores y esos son muy pocos. Yo no corro para ganar, corro por correr, corro porque me gusta. Disfruto corriendo, disfruto con la música que me motiva a no pararme y disfruto del paisaje que aunque casi siempre es el mismo hay un cambio estacional que modifica el entorno, prefiero el contacto con la naturaleza que siempre nos regala algo nuevo. Pero el sacrificio y el esfuerzo deben estar presentes, es lo que hacen que cuando dejas de correr te sigas encontrando bien y lo que, además, hacen que cada día sea diferente.

1 comentarios:

Mari Cruz dijo...

jobaaar Paloma, !qué profundo! jejejeje pero qué razón tienes...

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