header-photo

Señora presidenta



Cuando Alicia vuelve a casa, después de una dura jornada laboral, se encuentra con la inesperada noticia de que ha sido elegida presidenta de su comunidad de vecinos. Se ríe, bromea, pero realmente no tiene ni idea de lo que le ha venido encima.
Yo pasé por esa experiencia, fui presidenta "consorte" que aún es peor porque es como ser la secretaria del presidente y del secretario y si no, juzgad vosotros mismos por lo que os voy a contar. Para empezar no te elijen porque hayas hecho méritos, o porque te hayan votado tus queridos vecinos por ser guay, no, esto no funciona así. Es como un sorteo, tú has salido del bombo como el gordo (que ya me dirán cómo sale un gordo de un bombo, debe ser en sentido figurado ¿no?), y deberás ser quien pruebe la guillotina que los vecinos han puesto en el patio, metafóricamente hablando. Los más allegados te dan ánimos como si te fueras a la guerra, no te preocupes, será solo año, ya verás, se pasa rápido...

En qué hora, por favor. Llega un sábado del mes de agosto y la vecina del noveno, llama a mi puerta y me dice con mucha educación:
- Por favor, apaguen ustedes la calefacción, no hay quien pare de calor.
- ¿Calefacción? con todos mis respetos, señora, estamos a 40 grados de temperatura a la sombra ¡claro que hace calor!

Por si acaso estuviera en lo cierto por muy surrealista que parezca, toco el radiador con disimulo y casi me abraso, la pobre señora está en lo cierto y tengo que pedir disculpas (no sé por qué, yo no la he encendido pero por educación y porque soy la "presidenta").
Alarmada llamo al secretario por si él sabe algo pero está de vacaciones como la gran mayoría de vecinos (por suerte para ellos y también para mí), así que, única poseedora de la llave del cuarto de calderas en ese momento, bajo a los sótanos y aquello parecían las calderas del Titanic trabajando a toda máquina, que horror, creo que sufrí incluso alguna quemadura. Cerré todas llaves que iba encontrando, subí corriendo a casa de nuevo para llamar inmediatamente al servicio técnico de calderas, es posible que dejara los dos edificios sin agua pero preferí enfrentarme a los vecinos por dejarles sin agua a tener que soportar ese infierno de calor. Tardaron poco tiempo en llegar, ellos habían sido quienes dejaron la calefacción encendida por "error". Ya no recuerdo si llegó alguien quejándose de la falta de agua porque ya casi he conseguido borrar de mi memoria esa parte de mi pasado.

Y ahí va la segunda que recuerde. Os tengo que poner en antecedentes, hombre blanco +mujer negra= niñas marrones. Eso al menos pensaban mis hijos. Y una noche a eso de las 10 ya en pijama y que no son horas de que llamen al timbre pero llaman -¡no estoy!- dijo el presidente. Si uno no está y llaman al timbre, alguien debe abrir la puerta aunque no era agosto cualquier cosa podría pasar. Así que ahí voy yo, decidida, abro la puerta y me encuentro con la vecina que encabeza la lista de impagados con el mayor número de recibos pendientes. Morenaza ella, imponente.
-¿Está el presidente?
-No, no ¿qué querías...?
-Es importante que hable con él, tengo problemas con un recibo.
-(¿Con uno solamente?) -Pues lo siento... no está.
En esto que se abre la puerta del salón y la canija de 5 años asoma su cabeza volviendo a entrar y diciendo al presidente con esa vocecita inocente:
-Papá, papá, es la madre de las niñas marrones.
Entonces reinó el silencio y yo me decía, trágame tierra ¿ves como mentir no es bueno? y el silencio continuaba... grillos de fondo... aunque no recuerdo exactamente si eran grillos o la música de Psicosis de Hitchcock cuando en la escena de la ducha sale la sombra de una persona con el cuchillo. Finalmente reacciono y le digo, bueno, es que no puede salir ahora.
Al día siguiente veo al marido blanco y me dirijo a él pero no me contesta, pues sí que son rencorosos estos ¿no tenían tanta prisa anoche? y me quedo hablando sola mientras espero el ascensor. Mi querida vecina del 7º me dice:
-Estás hablando sola. Es sordomudo.
-Vaya, así que era eso, pues pobre hombre, sordomudo además de blanco, como Alicia.

0 comentarios:

Publicar un comentario