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Dalí y Noraima

Al llegar a una de las principales entradas que dan acceso al Museo Reina Sofía y encontrarnos con una larga cola para acceder, uno de los informadores de camiseta negra sin dar mayor explicación nos dice que ya no quedan más pases para ese día y búscate la vida, vuelva usted mañana como diría Larra...  Mientras decidimos cómo hacer para conseguir entradas para el día siguiente (a falta solo de 5 días para que finalice la exposición de Dalí), nos topamos con la cola de la otra entrada al museo y volvemos a preguntar a otro informador más eficaz quien, por suerte,  nos dice que que a partir de las 19:00 darán 1000 entradas y además gratis,  así que guardamos cola...  varias horas... aquí da comienzo la aventura de la tarde del miércoles.
Nos pusimos en la cola  detrás de un hombre de baja estatura entrado en años, pelo blanco y vestido con una camisa de rayas verticales y unas bermudas de cuadros (tengo foto).  Le preguntamos ¿qué dan aquí? y un poco enfurruñado al principio por no pillar la ironía nos dijo "es la cola para ver la exposición de Dalí"  ¡ah! pues nosotras pensábamos que repartían bocadillos... lo que pasó a partir de ahí hasta que llegamos a la puerta es secreto de sumario así que nos trasladamos al momento de cruzar la puerta. El marido de mi amiga que tiene más morro que Carmen de Mairena y sin haber pasado por la charcutería  o donde pongan ese tipo de implantes, llega raudo y veloz y se incorpora al grupo (después de llevar nosotros tres horas esperando) justo antes de llegar  a las taquillas
Nada más entrar en la exposición la vigilante nos pide guardar silencio.  Y es que el primer cuadro que vemos ya nos empieza a sugerir cosas, por algo el título de la exposición era Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas así que empezamos a jugar  a qué nos sugería cada cuadro y, por supuesto,  cada título del cuadro.
Partamos de la base de que no os habla una experta en arte, mi única experiencia en artes es en el  ramo de artes marciales (fui cinturón rosa de fujitsu, toda una experta en instalación de aire acondicionado) así que mucho arte no vais a encontrar aquí.  Y como os iba diciendo, los primeros cuadros nos sugerían sacar fotos con el móvil hasta que otra vigilante nos lo impidió. Primero nos mandó callar, luego nos impidió sacar fotos, a nosotros y al numeroso grupo de personas que abarrotaba las salas, porque controlaban el horario de entrada pero no el de salida. A veces tenías que esperar a que otros se apartaran porque como además había que mirar con tanto detalle la gente se tomaba su tiempo.
Había gente que traspasaba la línea para acercarse a algunos cuadros, a alguno solo le faltaba tocarlo y es que esa obsesión por el artista de dibujar figuras pequeñas hacía que te acercaras.  El límite estaba en los pies, luego podías acercar  el cuerpo todo lo que pudieras que eso sí estaba permitido, alguno casi se come un cuadro. 
Para ver toda la exposición habríamos necesitado seis horas pero tuvimos que dejarlo en la mitad. Y es que algunos cuadros te llevaban mucho tiempo... el título que más me llamó la atención y más gracia nos hizo (que recuerde ahora mismo) fue el de "Burócrata atmosférico céfalo ordeñando un arpa" lo que traducido a un lenguaje coloquial sería "funcionario pensando en las musarañas". Además de las figuras diminutas, las hormigas... la imagen del "Àngelus" de Millet, presentes en varias de sus obras,  la manzana de Guillermo Tell... y la fascinación de algunos cuadros en tres dimensiones, lo que más me impresionó fue ver en vivo "La persistencia en la memoria",  entre otras.
Además de haber tenido la oportunidad de ver reunidas tantas obras de este genio y de poder disfrutar de su arte, ha sido  la visita a un museo en la que más me he reído y mejor me lo he pasado. Creo que quienes no va a olvidar nunca esta exposición son  por este orden, la suegra de mi amiga, única leyendo  los títulos de los cuadros son su particular acento,  y los vigilantes de las salas, creo que nunca habían trabajado tanto y es que el hecho de estar horas y horas sentados observando o leyendo el periódico debe ser mucho más aburrido que estar "controlando" a tanto visitante.

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