Crónica de unos Oscar

Oscar a mi perro Oscar

Hubo un tiempo en el que un hombre negro ocupó, con su familia negra, la Casa Blanca, hasta que llegó un hombre blanco, con su familia blanca, y el hombre negro tuvo que abandonar la casa.

En la entrega de los premios Oscar de ayer, unos hombres de raza blanca contagiaron con su entusiasmo al público asistente a la gala  al ir a recoger el Oscar a la mejor película y cuando estaban en plena euforia ¡zasca en toda la boca! el premio no era para La La Land, en realidad la película merecedora del premio, según la academia, era para Moonlight, dirigida y protagonizada por personas de raza negra, así que, los hombres blancos, pálidos, tuvieron que descender para que pudieran subir los hombres negros.

Dicen las malas lenguas que el presidente Trump no fue invitado para evitarle un disgusto.

La consultora Price Waterhouse Coopers, que en Madrid tiene su sede en la torre PwC a la que da nombre, siendo el tercer rascacielos más alto de España, ha reconocido, según los medios, que el error es suyo por un cambio de maletines. A nosotros lo del cambio de maletines, sobres y amaños se nos da que te mueres, eso se lo encargan a algún concejal de urbanismo sin escrúpulos y lo borda. Ya han anunciado que depurarán responsabilidades por lo que es posible que despidan a la señora de la limpieza ya que el vigilante jurado pertenece a una subcontrata.

Este pequeño incidente sin importancia ha dado un poco de "vidilla" a esta ceremonia que siempre es igual, la misma alfombra de siempre, la roja, las mejores películas... mejor actriz de reparto, mejor actor secundario, mejor no sigo que no quiero aburrir a la multitud que me lee... las famosas enfundadas en vestidos de los más conocidos diseñadores internacionales luciendo esos tipazos tras semanas y semanas de pasar hambre, sudor y lágrimas... algunas con mucho brillo con vestidos dorados como Jessica Biel que fue confundida a la entrada con la estatua de la estatuilla... 

- Oscar, encantado de conocerte

- Me llamo Jessica...

- Ah perdón,qué tonto soy

Cada una da el cante como puede, como Nicole Kidman aplaudiendo con sus manos de goma eva que más bien parecía su Fofucha. 

Lo mejor de todo la sonrisa de Sunny Pawar, el niño indio de peícula "Lion", que a mí me da que fue el que cambió los sobres y por eso no dejó de sonreír en ningún momento.