Y por supuesto su lugar de operaciones es la espalda, pero no una parte cualquiera, sino la denominada (por mi) ángulo muerto, porque es la única parte de tu cuerpo donde no alcanzas a rascarte. Por más que estires el brazo izquierdo, el derecho, que lo hagas por arriba, por abajo... nada oye, imposible, que no llegas, tienes que recurrir a terceras personas o a un brazo mecánico articulado, aunque el artefacto ideal sería la escobilla del vater, pero lo descartas enseguida, además de ser antihigiénico no queda elegante ni tiene glamour.
Entre los picores y el calor, otro mosquito zumba en tus oídos mientras das palmas, que el vecino de al lado dice !muchacha, deja el flamenco que no son horas! y tú venga dar vueltas en la cama, no acabas de encontrar un postura cómoda, encima el médico te ha dicho que tienes problemas en las cervicales, la peor es la C15 que debes sustituirla para pasar la revisión, aprovecharás para cambiar las bujías y para que te arreglen el cigüeñal. Tú mientras tanto venga dar vueltas en la cama, para colmo el colchón esta viejo y se le salen los muelles, algunos han atravesado ya las sábanas, en cualquier momento te apuñalas... ¿por qué yo? ¿por qué siempre me atacan a mí? Pero hay una voz interior que responde a tus preguntas "no te rindas, tú puedes vencer los problemas, sabes lo que vales y no debes permitir que nadie te quite la ilusión de luchar por aquello en lo que crees, nadie te prometió que fuera fácil, debes mantente firme y si es preciso derrama tu propia sangre... sangre... sangre...
-¡Despierta! vaya sueños que tienes... ¿el colchón? ¡pero si es de latex y no tiene muelles...! yo no veo sangre por ninguna parte y no entiendo para qué necesitas la escobilla del vater.
- Uf, qué pesadilla he tenido, dime que tampoco es cierto que los melones del supermercado vienen de Senegal.
-Eso sí es verdad, pero seguro que hay un Senegal en Cuenca, bah! no le des importancia y déjame dormir que es temprano aún.
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